El picudo y la cayena

Don Mariano Bueno, experto en Geobiología, agricultura ecológica, autor de libros y muchas cosas más, nos explica cómo acabar con la plaga de pulgones sin química sintética. Lo dice en el número  388 de Abril 2012 de la revista  Integral. El artículo no tiene desperdicio pero centrándonos en lo que recomienda para no tener pulgones en nuestro huerto ecológico dice: En la mayoría de los casos evitaremos la presencia de pulgones, y también mosca blanca, si realizamos tratamientos preventivos  con fumigaciones de extractos de ajos frescos y guindillas diluidos en agua, tres dientes de ajo y dos guindillas por cada litro de agua bien triturado con la batidora y filtrado con un colador de tela.

Este articulo me ha llenado de alegría, por venir de donde viene, y por llevar tanto tiempo, como llevo, ‘dando la tabarra’ con la utilización de la cayena para terminar con el picudo rojo.

Las cosas son como son y esto es lo que hay. Si fumigamos e inyectamos con cayena a las palmeras, los picudos que lleguen  les entra un ‘telele’, caen al suelo y allí patalean hasta que mueren, pero eso si, apuntando el pico al cielo.

Si en invierno y primavera inyectamos  pimienta de cayena, que es muy fácil, con la palmera protegida, ‘envenenada’, durante todo el ciclo vital, en este  caso más largo, por la baja temperatura, mueren todos los picudos.

Mi experiencia, por lo observado el pasado verano, es que cuando un picudo emboca la entrada del tronco de la palmera allí muere, no llega al interior.

En el próximo tratamiento, dentro de unos días, voy a inyectar pimienta de cayena disuelta en agua, pero esta vez no voy a filtrar la solución, no es necesario, no se pulveriza. De esta forma se introducen partículas de cayena, de cierta consideración, en el tronco. Pienso que de esta forma el tiempo de eficacia será más largo, la palmera estará más tiempo protegida y habrá que realizar menos tratamientos.

Y así, con este trajín, hasta otro día.