Hola, hoy es 23 de febrero y hoy quiero escribir sobre las cosas que
se están publicando donde el protagonista es el picudo rojo de las palmeras.
Hoy ha sonado la alarma en A Toxa, lo
publica el Faro de Vigo, han detectado
que ya ha llegado el picudo rojo a sus fantásticas palmeras. No quiero, ni
puedo, imaginar A Toxa sin sus palmeras. Espero que en esa zona, por su
temperatura, el desarrollo sea muy lento y fácil de combatir.
Me siento,
de oficio, moderador de las ‘refriegas’ que se producen entre el picudo y mis
palmeras. Esta actividad me ha llevado a tomar algunas decisiones, cuando
menos, atrevidas, para tratar de conocer y ‘domesticar’ al temido picudo. Pero
claro, cómo yo, con una herramienta no contaminante, tan natural, rústica,
picante y rudimentaria les grito a los chicos de A Toxa, ‘oigan, no se
preocupen, fumiguen e inyecten pimienta de cayena a sus palmeras,
pero háganlo ahora, en invierno’, fumigar ahora, en esta época del año, no
tiene mucho sentido, los picudos se encuentran concentrados en sus cuarteles de
invierno, sus troncos. Conozco que hay miles de talentos en Ayuntamientos, Laboratorios
y la Universidad de Alicante inventando cosas. Hoy, por ejemplo, el
Ayuntamiento de Alicante cuenta la eficacia conseguida con sus trampas mediante un hongo autóctono, la Beauveria…………
y el Ayuntamiento de Petrel la economía y eficacia conseguida con su máquina
fumigadora, y un sinfín de ideas y artilugios que todos los días aparecen en la
prensa voy, como decía, a decir a los habitantes de A Toxa que inyecten a los
troncos de sus palmeras pimienta de cayena? Es como si en
una guerra imaginaria donde ahora ya sería una antigualla disparar con rayos láser
apareciera yo disparando con un tirachinas. Ningún toxano me creería.
Tampoco me creerían si les
dijera, ‘planten pimientos de cayena alrededor, lo más próximo, al tronco de
sus palmeras’…
Y así, con este trajín, hasta
otro día.
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