En primer plano mis palmeras y a la derecha, al fondo, las de mi vecino. La de la izquierda ha sido destruida por el picudo |
Hola, hoy es 8 de noviembre. Y hoy
voy a contar cosas imaginando que Vd. se encuentra frente a mí.
En
unos días voy a fumigar las palmeras con pimienta de cayena.
No, no es que el picudo haya aparecido, que ya me gustaría. En esta época, con
días cada vez más fríos, el picudo no los considera de interés, ni apropiados,
para buscar nueva residencia, por eso sus vuelos, además de torpones e
inseguros, son escasos y la fumigación, en esta época, no es muy efectiva pensada
para combatirlo.
Con
la fumigación que voy a realizar ahora trato de protegerlas contra insectos,
ácaros, hongos, bacterias, etc., La pimienta de cayena es especialmente
especial para ello. Su eficacia es total.
Quiero
aclarar que donde digo fumigación, en realidad, quiero decir ducha. Mi ‘equipo’
de fumigar está compuesto de un depósito, de poliéster, de 500 litros, un motor
eléctrico, sumergible, de 500 W, una manguera de longitud apropiada para
alcanzar todas las palmeras y como pulverizador utilizo un aspersor de riego
del césped. Este equipo es suficiente para llegar a todas las palmas, incluidas
las que miran al cielo, ‘empapar’ el ojo y todo el tronco y todo en un
‘periquete’. (Modernamente ‘periquete’ ha sido sustituido por ‘plis-plas’.)De todas formas no hay que descuidar la vigilancia para que el picudo no nos sorprenda. Seguiremos con la tarea de ‘escuchar’ a las palmeras mediante el fonendoscopio u ‘oreja gigante’. Nuestro éxito, y el fracaso del picudo, es descubrirlo tempranamente. Dispondremos de mucho tiempo para combatirlo.
Cuando
escribo estos sencillos post siempre lo hago pensando en personas
sencillas, particulares, que tienen la suerte de ser propietarios de unas pocas
palmeras y la desgracia de no saber cómo combatir al picudo que está terminando
con ellas. Por otra parte, nunca pienso en estamentos oficiales,
ellos sólo utilizan productos sintéticos nacidos en un laboratorio. Y no
importa lo que ocurra, incluso, si no se muere el picudo y si las palmeras.
La
prensa diaria, en toda España, da cuenta de los estragos que causa el picudo y
también de las ‘peloteras’ que se organizan en los Ayuntamientos entre los
partidos en el poder, que seguro, no han visto un picudo en su vida y los
partidos de la oposición que tampoco saben si el picudo tiene pico. Si no es
así no lo entiendo. Lo lamentable es que mientras se encuentran enzarzados en
estas estúpidas peloteras el picudo, sin pausa ni descanso, sigue prosperando y
matando palmeras. Una verdadera pena.
Ayer
leí un artículo publicado en la prensa de Mallorca y me afectó tanto que estuve
pensando en ir a colaborar defendiendo las palmeras. Repito, una verdadera
pena.
Ignoro
cómo y con que producto tratan a las palmeras pero lo que no se puede hacer es
lo que imagino. Si tratamos a una palmera y la dejamos a su suerte sin más
control que el de esperar a ver ‘qué ocurre’ confiando en la eficacia del
producto estamos haciendo un favor al picudo. A las palmeras tratadas hay que
seguir ‘escuchándolas’ hasta que queden en ‘silencio’ durante muchos días. Si
una palmera se encuentra en silencio es porque, seguro, nadie, ni nada, la está
destruyendo. Escuchémosla, por favor.
Como
ya he comentado en alguna ocasión si nos quedamos sin palmeras no va a ocurrir
nada, simplemente, nos quedamos sin palmeras.
Y así, con este trajín, hasta otro día.
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