lunes, 17 de octubre de 2016

Pimienta de Cayena, vacuna contra el picudo

Pimienta de Cayena vacuna contra el picudo

17-10-2016.-Hola. Esta mañana, que ha tocado cortar el césped, he descubierto que los picudos que llegan a mis palmeras se mueren. Les permito que imaginen la alegría que he experimentado cuando lo he descubierto. No por los dos picudos que he encontrado bajo dos palmeras con las patas mirando al cielo, que también, si no por ser la demostración de que las palmeras, a pesar de que hace mucho, años, que no han sido tratadas siguen estando protegidas contra el picudo rojo por la pimienta de cayena que se les inyectó en su día.

Como he comentado en varios de mis post, me extrañaba mucho que teniendo mi vecino, en sus palmeras, una granja de picudos tan cerca de las mías, y siendo éstas descaradamente más bonitas, limpias y jóvenes  no hubieran picudos que, atraídos por su belleza, no planearan emanciparse y acudieran a las mías. Hoy queda claro que si,  vienen, pero no prospera su proyecto.

Para todos los que me leen, más de 50.000 pág.vistas, que son muchas, muchas más que podía imaginar cuando escribía el primer post, decirles que la pimienta de cayena si se inyecta al tronco de la palmera ésta queda vacunada contra el picudo rojo de por vida. Lo mismo que a los humanos cuando nos vacunamos contra, la rabia, el tétanos, etc.

En contra de toda lógica, la mía, los Organismos Públicos,  no han prestado atención a la información que les he enviado y siguen utilizando productos sintéticos y matando palmeras en vez de picudos. No hay que ser muy agudo para imaginar el gran negocio que ha despertado el picudo y matarlo de verdad, y para siempre, seria una ruina para unos cuantos. Somos tan primitivos que, todavía, no somos capaces de oír a las palmeras mientras  agonizan.

Hoy he estado comiendo dátiles, están riquísimos. Algunos pájaros, que no conocen lo que me gustan, me miraban como si fuera un ‘bicho raro’.


Y así, con este trajín, hasta otro día.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Mis palmeras


Mis palmeras.

Hoy quiero contarles cosas de mis palmeras. Hace algún tiempo que no aparezco por aquí y como siempre digo, esto ocurre porque no hay nada novedoso que contar. Hoy lo hago porque mis palmeras están, todas, bonitas y sanas. Ahora, en estos días, mucho más porque están aseadas, los troncos limpios y mucho mas ‘espigadas’.

Al limpiar los troncos han aparecido infinidad de galerías, salas de conciertos, escuelas de pilotos, qué mal vuelan, guarderías y registros. Todos estos trabajos, de la más moderna arquitectura, fueron realizados al principio de la historia que vengo contando desde hace bastante tiempo y que, ahora, han quedado al descubierto.

He de decir que mis palmeras, que sólo han sido tratadas con pimienta de cayena, están todas sanas a pesar de las heridas que sufrieron en su momento. Y algo más difícil de creer, estoy convencido que mis palmeras no tendrán nunca picudos. De otra forma no se entendería que llevando, como llevo, varios años sin tratamiento, y aquí no se ha visto ni un picudo a pesar de ser una zona donde los picudos mantienen una gran actividad. Es evidente que mis palmeras, a pasar de ser muy atractivas, son respetadas por los picudos que, llevan una temporada enzarzados con una palmera, la de mi vecino, feúcha y mala pinta.
Pienso, y no es necesario que me crean, que las palmeras, al igual que cualquier otro árbol, no tienen corazón y a pesar de todo hace circular la savia hasta su última hoja aunque se encuentre a mas de cien metros de altura, seguramente tampoco tendrán alma pero lo que si tienen, estoy seguro, es espíritu porque sienten y se alarman cuando se aproxima un peligro. Lo más peligroso para ellas son unas tijeras de podar. Sigo creyendo, Vds. no, que el espíritu regula la pimienta de cayena que se le administró en su día y mantiene circulando por la savia. Podía decirse que la pimienta de cayena actúa como vacuna. Es natural, vegetal, no se destruye y se mantiene activo en la savia de la palmera de por vida.

Por otro lado, el picudo no me preocupa, que venga cuando quiera. Es más, me gustaría que volviera para mantener mi actividad de moderador y, para Vds., corresponsal. Si no hay guerra no hay corresponsal.

Con la experiencia acumulada durante estos años me encuentro capacitado, soy flamenco, eh? para asegurar que si, hipotéticamente, fuera el encargado de mantener sanas una gran zona de palmeras no moriría ninguna utilizando sólo pimienta de cayena.

Si, y no hay que asustarse si otros utilizan ‘drones’ y mil productos sintéticos. El picudo ha despertado una enorme industria que desaparecería si él desapareciera. El picudo no desaparecerá, tendremos picudo siempre. Terminará con las palmeras y mutará con otros poderes para vivir en otros árboles que correrán la misma suerte que las palmeras.

Ayer, tengo que decirlo, este blog fue visitado por un amable lector situado en las Islas Mauricio. Visitó 122 pág. Gracias.

Y así, con este trajín, hasta otro día.







martes, 29 de diciembre de 2015

Las palmeras y nosotros

Las palmeras y nosotros.

Hola, hoy es 28 de diciembre 2015. Hoy es importante contaros que mis palmeras, todavía sin podar, se encuentran sanas a pesar de estar mucho tiempo sin tratamiento. El picudo, puñetero él, al no dar señales de vida, entiendo que se ha olvidado de mi y de mis palmeras.

Tengo tanta confianza en que no va a volver que empiezo a olvidarme de mis palmeras y de él. El bicho es un asquito, a pesar de todo, aunque de cerca sea vistoso e incluso, por decirlo de alguna manera, bonito. Nosotros, por naturaleza, asociamos que 'todo lo bonito debe ser bueno' y no vemos bonito al picudo, lo vemos picudo, feo e injusto, porque lo es.

.Mi vecino sigue con su desidia de palmeras, los picudos siguen, con su marcha, consumiéndolas. No les hago fotos porque serian fotos para llorar.

Celebrar que las palmeras y nosotros vamos a terminar el año con salud y que en los contadores de mis blog, el número de visitas que marcan, en este momento son, 9.676 y 27.512 en picudorojo.co. Soy consciente que, para otra gente, estos datos pueden parecerles pírricos pero para mí, les puedo asegurar que son muy importantes a pasar que no compro ni vendo nada.

En unos días podaré las palmeras para que comiencen el año aseadas y bonitas.


Feliz Año 2016 para todos.

lunes, 31 de agosto de 2015

Este año no hay picudos



Hola, hoy es 31 de agosto de 2015 y mas aun, es la hora de la siesta. La hora de la siesta, aquí, en Murcia, es una forma informal de descansar, quebrar el día, en un lugar fresco, después de la comida de medio día. Y luego hay otra siesta mas liviana que se realiza antes de la comida. La siesta es una actividad  considerada dentro de la dieta mediterránea. La dieta mediterránea no es solamente comer sano, verdura, legumbres, fruta etc. es, además, una actitud. Los amigos, los almuerzos, las partidas de dominó, platicar, criticar, lo de criticar y reír es lo mas sano. La hora de la siesta es una hora misteriosa.

Sobre el picudo, tema de todos conocida, nada de nada. No está, no se ve, no aparece. Tengo un amigo que, como yo, sufríamos las pataletas del picudo. Él trata, o trataba, las palmeras, como  yo hacia al principio, todos los meses. Dejé de preocuparme del picudo, vivo en paz y mis palmeras también.  Hace mucho que no trato a mis palmeras y siguen sanas y bonitas, algunas con dátiles, como no podía ser de otra manera, con dátiles, el año que toca.

Me gustaría poder contarles alguna historia interesante pero no aparece por aquí a pesar de encontrarse en las palmeras de mi vecino, a escasos 50 mt. de las mías. A veces pienso si el tratamiento que realicé con pimienta de cayena hizo inmune a mis palmeras contra el picudo. Si, lo entiendo, es fuerte, pero llevo mucho tiempo esperando y el picudo no aparece. Si el picudo estuviera lejos lo entendería pero es que se encuentra aquí, a escasos metros de mis palmeras.

Otra cosa que valoro, en su justa medida, es que mis palmeras son mas bonitas y jóvenes que las de mi vecino y no creo que entre los cientos de picudos que se encuentran en las palmeras de mi vecino no exista ni un solo  picudo con dos dedos de frente para abandonar el lúgubre domicilio que tienen por otro mas joven, luminoso y bonito.

Finalmente quiero decirles que no se que haría para que los picudos se ‘fijaran’ en mis  palmeras para  guerrear con ellos y poder contarles ‘Crónicas de mis Picudos’.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

martes, 28 de julio de 2015

Salvemos las palmeras



Por favor, salvemos las palmeras.
Hoy es 17 de febrero y, la prensa de hoy, en distintos puntos de España, da cuenta de los estragos que, sin descanso ni pausa, está produciendo el picudo rojo en las palmeras y, además, señala con razón, que la falta de interés y el desorden reinante  por parte de las Autoridades responsables de su control, hacen que el picudo se desarrolle ‘a sus anchas’.

La prensa de Orihuela publica un artículo titulado ‘El picudo invade el Palmeral’ que me permito copiar el primer párrafo. Lo hago con la sana intención de que puedan opinar Vds., aunque, en este caso, sea ‘en silencio y para sus adentros’.
“En un paseo por el Palmeral, el segundo más importante de Europa y declarado Bien de Interés Cultural, se puede comprobar como muchas de sus palmeras se marchitan poco a poco y esta situación solo responde a una razón: que están parasitadas por el picudo rojo.

Este insecto campa a sus anchas por este enclave natural y no para de reproducirse alimentándose de las palmeras a las que accede por la balona o cabeza, las raíces aéreas «y hasta por el tronco», critica Emeterio Navarro, un vecino de San Antón, experto en este enclave y ex asesor del Ayuntamiento de Orihuela. Son muchas las plantas que han perdido su fuerza y cuyas ramas ya se desprenden fácilmente de la planta porque en su interior se están criando las larvas del picudo rojo «que se van comiendo hasta que acaba con ésta, porque la palmera es su principal alimento»”.
Es  desesperante, cuando menos, el desmadre que se ha montado en algunos Ayuntamientos con el tema del picudo rojo que, salvo un milagro, nos va a dejar sin palmeras. Es claro que si desaparecen las palmeras nadie va a morir. Simplemente, cambiaria nuestro horizonte, nuestro paisaje y poco más. Lo mismo ocurriría si se quemara el Museo Miguel Hernández de Orihuela, la catedral de Santiago de Compostela, la catedral de Murcia o las Pirámides de Egipto, si es que se pueden quemar, pongo por caso. Eso ocurrió con el incendio que destruyó la Biblioteca de Alejandría. Nadie murió a pesar de la irreparable pérdida que supuso para la humanidad.

Orihuela nació, como tantos pueblos de nuestra tierra, a la sombra de milenarias palmeras que, ahora, han sido declaradas Bien de Interés Cultural. La palmera forma parte, desde hace siglos, de nuestro entorno. Hasta donde alcanzan mis recuerdos la palmera ha marcado mi horizonte. Su majestuoso perfil siempre estuvo presente en él.
Forma parte de nuestro patrimonio y tenemos la obligación moral de mantenerla ente nosotros. Ella solo se dedicó a desarrollar  belleza para sorprender y pensando que sería suficiente para estar siempre en este mundo y no se le ocurrió desarrollar armas con las que defenderse de picudos. Se veía tan bella que, pensó, nadie, ni nada, se atrevería a perturbar mi vida ni mi belleza.

En otros lugares tienen, monumentos o vestigios de otras civilizaciones, catedrales, pirámides etc., y las Autoridades correspondientes tienen establecido unos protocolos de actuación para cada situación anormal que pueda presentarse y se hace de la forma más natural y, además, todo el mundo entiende que tienen que ser así.
Termino con el primer párrafo de otra noticia publicada en el Diario de Huelva.

Aseguran que la "dejadez" del Ayuntamiento a la hora de aplicar el protocolo contra la plaga puede conllevar sanciones por "incumplimiento de la normativa". La plaga ya ha arrasado otros municipios como Huelva o Ayamonte”.

Si siente simpatía por las palmeras aquí tienen un tema interesante.
Y así, con este trajín, hasta otro día.

El picudo de este año


Hola, hoy es 17  de octubre. Ya ha llovido, nunca mejor dicho, desde mi último post, 20 de abril de 2014, recuerdan, no?

Lo ocurrido, durante este tiempo, ha sido muy diferente a lo que había previsto. La previsión era que las palmeras que se contaminaran con picudos no serían tratadas hasta agosto y, de hecho, una de ellas se contaminó mientras las restantes  se han mantenido sanas.

La curiosidad que puedo rescatar de este periodo  es que la palmera contaminada, por la razón que sea, dejó de estarlo, ignoro si los picudos murieron, es lo más probable, o, por el contrario, abandonaron la palmera.
Cuando el 20 de abril escribía mi último post imaginaba, con enorme entusiasmo,  que este post, el de hoy, cuando lo publicara, estaría plagado de nuevas ideas y experiencias. Siento que no haya podido así, el picudo, con su comportamiento, no lo ha permitido.

Durante este tiempo he visto sólo a dos picudos. El primero a mediados de agosto, con vuelo torpón e inseguro, se me acercó tanto que, con un manotazo le obligué a realizar un aterrizaje de emergencia y allí terminó su vida. El segundo, a final de septiembre. Este lo encontré muerto a cuatro metros de la palmera más cercana.

En mis contactos vecinales y con poseedores de palmeras me han comentado que, en general, este año, ‘el tráfico’ de picudos ha sido muy baja y esto si es importante si somos nosotros la causa.

Otra curiosidad, y susto, es que en agosto descubro que en la base de una de las palmeras había una ‘escombrera’ de materia orgánica de la palmera. Ésta ya habían sido castigada, el año pasado, con el asedio del picudo. Pueden imaginar. Me transformé en ‘laboratorio humano’ y en décimas de segundo los ojos y las fosas nasales se agrandaron de forma exagerada, eché la rodilla a tierra y……descubro que la materia orgánica que había en el suelo había sido depositada por una legión de hormigas que habían decidido usar, como hogar seguro, una galería que habían  realizado los picudos el pasado, o años, anteriores.

En los próximos días, como hice el pasado año, sin esperar días fríos, voy    podar las palmeras. Este año de forma memos severa que el pasado. La poda del pasado año me ha permitido, en éste, desarrollar, plena y uniformemente,  el césped.

Y ahora que me había provisto de una colección de ‘fonendoscopios’ para poder ‘escuchar’ hasta el último ‘hálito’ de vida de los moradores de las palmeras  éstos, los picudos, me dejan ‘en el paro’. Nunca se puede estar seguro. La cosa, aparentemente más insignificante, te hace cambiar tus planes. A pesar de todo estoy feliz y me pregunto, no estaremos en la antesala del final del picudo?

Finalmente comentar que me ha llegado información que asegura que se ha disparado la venta de pimienta de cayena. Esto me hace feliz. Los amigos que me leen, que nunca pude imaginar tantos, me creen, usan la cayena y protegen, de forma segura, sencilla y económica, a sus palmeras.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

El picudo la palmera y yo


El picudo la palmera y yo

Hola,  hoy es miércoles 5 de noviembre de 2014.  Hoy quiero contarles lo acontecido en estos últimos días con relación a las palmeras,  al picudo, y a mí, que también formo parte en la tarea de mantener las palmeras sanas y aseadas.

En primer lugar,…  ayer preparé un nuevo post que se negó a ser publicado. No sé qué demonios hice cuando lo estaba publicando, misteriosamente se borró, debido, seguro, a una mala operación. El que estoy preparando ahora será en sustitución de aquel y, como ocurre siempre,  sólo se parecerá en lo esencial.  Si, ya sé que esto, lo que acabo de escribir, no tienen nada que ver con el picudo, ni las palmeras, tiene que ver conmigo, que también tengo derecho a mis desahogos, o no?

El día 21 de octubre, con una temperatura de 31 grados lo elegí como ideal para comenzar a podar las palmeras en contra de lo recomendado de hacerlo en un frio día de invierno. Con esta actitud  quiero ‘tensar’ la relación del picudo con mis palmeras. Con el tiempo que llevo tratando el picudo he llegado a la conclusión, muy razonada, que cuando le pierdes el miedo  descubres que es un ‘cobardica’. Representa, para mí, una activada más de la huerta, es decir, una tarea más, además de regar, abonar, sembrar, sulfatar, recolectar, cosechar o podar. Soy huertano, un  privilegio!!

Durante este año, las palmeras, siguiendo su ciclo vital, han crecido mucho. Yo, por la misma razón, siguiendo el mío, he decrecido, soy menos alto. El resultado es que para poder podar las palmeras he tenido que utilizar una escalera. La escalera y la utilización de herramientas como corbillón, motosierra, serrucho, tijeras de poda de gran tamaño, etc., no son compatibles con la escalera a pesar de encontrarme ‘cómodamente’ instalado sobre ella.

A mediodía, con siete palmeras podadas, me encontraba destruido y muy dolorido. La mano izquierda inflamada a causa de un profundo pinchazo, y con múltiples pequeñas heridas. Para información  general…. los pinchazos de las palmeras son muy dolorosos durante mucho tiempo.

Desde la publicación de mi último post he meditado sobre los resultados obtenidos y el comportamiento del picudo durante este pasado verano. Recuerdo, y espero que Vds. también, lo comentado en uno de mis post sobre la palmera de ‘los cuatro picudos muertos’. Esta es una palmera que después de mucho tiempo de haber sido tratada con pimienta de cayena encontré cuatro picudos muertos en el suelo.  A principios de verano descubro que en una palmera, los picudos, han hecho una entrada y en ella he visto picudos que ahora han desaparecido. En mi último post doy cuenta de que este verano sólo he visto dos picudos, uno lo maté de un ‘manotazo’ y otro lo encontré muerto. La pregunta que me hago, todavía sin respuesta, los picudos encontrados muertos murieron por muerte natural o fue a causa de los tratamientos que se habían  hecho a las palmeras con anterioridad a pesar del tiempo transcurrido?

Con el paso del tiempo ‘navegando’ en contra de los picudos encuentras soluciones que al principio no podías ni imaginar Al principio todo lo ves negro, no ves las palmeras, sólo picudos. Es lo que me ocurrió a mí, me quedo sin palmeras, pensaba.

Ahora vivo tranquilo y sosegado aunque vea picudos. He llegado a la conclusión de que lo más importante, más que el tratamiento, que también, es descubrir lo antes posible su presencia.  Los picudos para destruir una palmera hacen ruido, mucho ruido, y durante mucho tiempo, y así será hasta que descubran como roer palmera con ‘sordina’ para hacerlo en silencio. Hasta que la Naturaleza los dote de esta facilidad, que supongo muy lejana, es cuestión de estar atentos.

Empecé apoyando la oreja al troco de las palmeras, ahora dispongo de un fonendoscopio, a modo de oreja gigante, y con él es fácil descubrirlos, incluso en la zona donde se encuentran. Si Inyectas pimienta de cayena en esta zona su muerte es fulminante.

Como los picudos no están permanentemente ‘royendo’ es fácil que pasen, en una primera pasada, el control de ‘la oreja gigante’ pero en alguna de las siguientes se descubre.  Cuando descubra la existencia de picudos no se alarme, dispone de mucho, muchísimo, tiempo para combatirlos y de infinidad de productos para hacerlo, además de la pimienta de cayena.

Y así, con este trajín, hasta otro día.