Este blog nace con el deseo de intercambiar información, experiencias y cuantos ensayos se conozcan sobre los procedimientos llevados a cabo con objeto de eliminar o disminuir el avance del incansable picudo.
Cuando se encuentre el procedimiento que los elimine, si se encuentra, habría que proponer que, para terminar con él, hiciéramos el tratamiento a todas las palmeras el mismo día o en su defecto, ante la imposibilidad de su realización, hacerlo en la época más fría del año. En esta época la movilidad de los picudos es prácticamente nula y si aplicamos el procedimiento, el que sea, en todas las palmeras, en un par de años terminamos con la plaga.
Tengo la esperanza de que el procedimiento que tengo en marcha de buenos resultados. Si así fuera lo publicaría, de inmediato.
Me gustaría recibir información sobre este tema de cualquiera que tenga los mismos temores que yo. Es decir, personas que sienten un atractivo especial por las palmeras y que intuyen, por lo que publican los medios, que se encuentran en peligro de extinción.
En mi caso, este invierno, en previsión de una posible infección, no las he podado. Su aspecto no es muy aseado pero es preferible a facilitar el ataque de picudos. No tiene nada que ver la belleza, en este caso, con la protección y la salud de las mismas. Es preferible, creo, tener unas palmeras feotas, con palmas medio caídas y un poco desaliñadas que limpias y erguidas pero expuestas a múltiples peligros.
Hace unos dias he inyectado en el tronco, mediante perforación, dos inyecciones de 250 cm3 con una cucharada de pimienta de cayena a mi palmera infectada. Espero que resulte positivo.
Y así, con este trajín, hasta otro día.
Y así, con este trajín, hasta otro día.
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