Pero no, no lo voy hacer. A estas alturas del año, los picudos van a reducir sus movimientos para quedar 'hospedados' en las palmeras hasta la próxima ‘campaña’ y es la mejor época para atraparlos a todos juntos en su guarida, al mejor estilo policial.
Entiendo que es mas práctico, y seguro, protegerlas con inyectables. Con la palmera protegida, aunque llegue algún picudo con el coraje suficiente para entrar en ella, no pasaría nada, salvo que moriría.
Si tratáramos las
palmeras, a todas, con inyectables en el tronco nos permitiría que las nuevas
generaciones de picudos, más lentas en reproducirse, por el clima que se avecina, no lo consiguirian. El resultado que obtendríamos seria una
primavera-verano sin picudos y todas las
palmeras sanas, verdes y apuntando sus palmas al cielo.
No quiero seguir dando ‘la tabarra’ con el uso de la cayena.
Que cada uno use el producto al que le tiene fe por sus resultados. Lo
importante no es el producto, que también, sino terminar con el picudo. Si
queremos podemos.
Y así, con este trajín, hasta otro día.
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