martes, 27 de marzo de 2012

El picudo nos come




Vamos a ver, tal como están las cosas, es como  las veo, estamos todos intentando inventar algo para detener la expansión del  picudo. Además de estar perdiendo palmeras con el paso del tiempo y mantener una gran incertidumbre, estamos gastando dinero y energía a chorros. Los resultados, hasta ahora, son más bien mediocres e inciertos. Llevamos muchos años en esta batalla que, hasta ahora, está ganando el  picudo. Vamos a seguir así hasta que queden palmeras en pie?

Se me ocurren cualquier cantidad de acciones y todas para realizarlas en comunidad y no, como se está haciendo ahora, que cada uno, yo incluido, mantenemos nuestra particular batalla.

Podría resultar interesante poner un anuncio en la prensa local en la que se anunciara lo siguiente.

1.-Se pone en conocimiento de los poseedores de palmeras y simpatizantes que se va a crear  la Asociación de Amigos de las palmeras. Se están redactando los Estatutos

2º.- Podrán pertenecer a ella propietarios de palmeras y simpatizantes.

 Objetivos. Uno y único, erradicar el picudo rojo de España y del mundo.

Nota: Los poseedores de palmeras, todavía sanas, que no quieran o no crean en el éxito de la Asociación se les recomienda  talar las palmeras antes de que les acometa el picudo, después, cuando se encuentren contaminadas, las tienen que talar y destruir a su costa, de acuerdo con la normativa, ya en vigor. Se recomienda leer detenidamente por la dificultad e imposibilidad de su cumplimiento por  la mayoría de los propietarios particulares. Si las talan sanas el gasto es sólo de la tala, que es muy económico. La especie, y toda la su familia, ya no es una especie protegida.

‘Potingues’ para su tratamiento existen muchos aunque ninguno se ha desarrollado para su exterminio definitivo. Todos hay que utilizarlos varias veces al año, todos los años. Alguien cree que alguno de los laboratorios que los crean no serian  capaces de desarrollar algún tipo de tratamiento que con un único uso  terminara con el picudo? Particularmente creo que sí. Pero, piense, qué harían después con esta línea de negocio, menudo negocio, si el picudo desaparece?

Si no le montamos una ‘gran bronca’ el picudo nos quedamos sin palmeras.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

domingo, 25 de marzo de 2012

El picudo y su encerrona



Quiero, en  primer lugar, dar las gracias a cuantas personas han visitado mi blog estos últimos días, especialmente ayer.  He quedado  gratamente sorprendido.

A pesar de ser un sufridor  del picudo no conocía lo que se escondía detrás de este puñetero escarabajo. Esta mañana la he dedicado a leer lo que está circulando por internet y he quedado muy sorprendido por los procedimientos que se están aplicando en todos los Ayuntamientos para su erradicación.
De estas lecturas rescato algunas conclusiones.

Hay un sentimiento común de admiración  en relación a la palmera y eso si es bueno.
La cuestión es tan peliaguda que cada ayuntamiento, o una mayoría, ha desarrollado su particular táctica o procedimiento  para enfrentarse a él.

Las comunidades autónomas, en su mayoría, se retiran de esta lucha y dejan  a los Ayuntamientos en primera fila, pero sin recursos.
La UE ha negado las ayudas solicitadas para combatirlo.

El Ayuntamiento de Elche ha clausurado su ‘Estación Phoenix’ por muy costosa, 400,000€ año, sus  socios no quieren aportar las cantidades acordadas y necesarias para proseguir con sus experimentos. Y eso a pesar de tener a punto un producto que eliminaría definitivamente el picudo.

He leído, con satisfacción, que lo que ayer imaginaba referente a buscar un depredador para el picudo  ya existe y se está aplicando en algunos lugares. Esto sí es bueno y entiendo que este es un camino a seguir. Lástima que la vida de este depredador sea tan corta y obligue a realizar varios tratamientos  cada año.
También que han descubierto un nuevo escarabajo, más potente que el picudo, y se va a utilizar como arma contra él.

Después emplear toda la mañana en buscar y leer todo lo que he encontrado sobre el picudo  he quedado descorazonado.  Si hay cualquier cantidad de gente, muy preparada, tratando de encontrar  una solución al problema y este no aparece, cómo yo, sin conocimientos profundos sobre él,  voy a liquidar a este asqueroso bicho? Ayer, más ignorante que hoy, pensaba que el final del bicho estaba cerca utilizando mi particular arma, la cayena, pero hoy… 
La conclusión final, por hoy, es que si queremos  todos, y de verdad, acabar con el picudo porqué no apostamos todos por la mejor solución, la que se decida entre todos, en vez de utilizar infinidad de productos, cada Ayuntamiento el suyo.

Porqué no apostamos, se me ocurre, por ejemplo,  por mantener activa la ‘Estación Phoenix’ de Elche, que es la que, parece, por lo que he leído, trabaja y tiene próxima la  consecución del producto definitivo? Para conseguirlo se pueden buscar nuevos socios y si no se consiguen plantearnos donaciones, rifas, subscripción popular, o cualquier otro procedimiento, todo menos rendirnos, todo menos quedarnos con los brazos cruzados esperando que suene la flauta por algún lugar para sacarnos de la encerrona a la que el picudo nos tiene sometidos.

La falta de coordinación en este importante tema en el que, parece,  nadie quiere formar un frente común  inter-provincial  o nacional  para aunar fuerzas, opiniones, medios económicos, o lo que haga falta a un solo centro de investigación y que sea él el motor de la solución. En la actualidad cada Ayuntamiento tiene su particular ‘centro de investigación’. Nuestro Centro Superior de Investigaciones Científicas seguro  que estaría encantado de ayudarnos.

En este momento los productos que utilizamos están fabricados en laboratorios privados  y sus productos son eficaces temporalmente, es decir, tenemos que repetir el tratamiento varias veces al año y este dato visto así, a la ligera, parece que no es muy importante, pensando que hay que repetirlo  todos los años, eternamente, ya no es lo mismo.

De todas formas hay que ser optimista, pronto aparecerá la solución definitiva y hasta ese momento utilizaremos productos que ya existen y son eficaces contra el picudo aunque presenten el inconveniente de tener que aplicarlos varias veces al año. Estos procedimientos son caros, el tratamiento que apliqué en mis 15 palmeras me costó más de 600€ y parte del trabajo físico lo realicé yo y, además, en muchos casos, por la altura de las palmeras, difíciles de aplicar con eficacia por particulares.

Mientras encontramos la solución definitiva actuaremos como ya vienen haciendo algunos Ayuntamientos, aplicar el producto que se haya elegido, en los mismos días, en todas las palmeras de su demarcación y en las existentes en una zona de seguridad de 2 Km.

Para terminar, como  al final vamos a ser los particulares los responsables de la salud de nuestras palmeras una alternativa interesante, para facilitar la coordinación de todos los procedimientos que se piensen poner en práctica, es la creación de Asociaciones entre personas poseedora de palmeras  y simpatizantes de estas. Es una forma sencilla para que todos conozcan la situación del picudo, los métodos a emplear para su exterminación, su seguimiento y en definitiva ampliar el conocimiento y la cultura del picudo a los asociados y a la sociedad en su conjunto y además, facilitar  poder hacer todos ‘el mismo día’ los acuerdos que requieran este requisito. Esto, entiendo, es muy importante.
Y así, con este trajín, hasta otro día.

jueves, 22 de marzo de 2012

El picudo y su futuro



En estos momentos en los que me encuentro preocupado por  el posible final de mis preciosas palmeras con la imaginación a cien por hora, e imaginando cosas, imagino que….

El final del picudo tiene que venir por la aplicación de una nueva planta que viva en la palmera permanentemente y que sea veneno para el picudo. Tenemos que mantener a la palmera permanentemente envenenada hasta su desaparición. Todo lo demás que podamos aplicar siempre será un tratamiento  a medias y nunca lo podremos eliminar  de forma definitiva.

He visto, y todavía se puede ver, una palmera que en su tronco vive una higuera. Porqué no ensayar con otra planta que sea nociva para el picudo.

También se puede ensayar con virus o bacterias  que no sean nocivas para la palmera y sí para el picudo. En mi imaginación aparece un picudo con el pico lleno de bacterias debilitando esta parte hasta dejarlo  inservible. O con las patas llenas de bacterias que se multipliquen a gran velocidad e impidan que pueda remontar vuelo. El picudo es un bicho que no nació para volar ni aterrizar, tiene un vuelo inseguro, el viento impide su vuelo, es torpón, rústico e incierto y a pesar de todo puede volar varios  Km. aunque para ello tenga que hacer escalas.

Creo que con imaginación, ilusión, fe en lo que hacemos y mucha curiosidad se puede conseguir casi todo. Al próximo picudo que coja le voy a mirar con microscopio electrónico hasta en el forro de sus bolsillos. Algún punto débil tiene que tener, como hijo de la naturaleza, para comenzar a pensar cómo deshacernos de él. Todos tenemos depredadores y él, por más rojo que sea, también los tiene que tener, los tenemos que encontrar o crear.

Si hasta ahora sólo se fabricaban vacunas contra virus tenemos que ir pensando en vacunas  contra bichos. Qué fuerte!

Los venenos se vuelven ineficaces en cortos periodos de tiempo. Nosotros necesitamos proteger a nuestras  palmeras de por vida. Necesitamos una vacuna.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El picudo, intercambio de información


Este blog nace con el deseo de intercambiar información, experiencias y cuantos ensayos se conozcan sobre los procedimientos llevados a cabo con objeto de eliminar o disminuir  el avance del incansable picudo.

Cuando se encuentre el procedimiento que los elimine, si se encuentra, habría que proponer que, para terminar con él, hiciéramos el tratamiento a todas las palmeras el mismo día o en su defecto, ante la imposibilidad de  su realización, hacerlo en la época más fría del año. En esta época la movilidad de los picudos es prácticamente nula  y si aplicamos el procedimiento, el que sea, en todas las palmeras,  en un par de años terminamos con la plaga.

Tengo la esperanza de que el procedimiento que tengo en marcha de buenos resultados. Si así fuera lo publicaría, de inmediato.

Me gustaría recibir información  sobre este tema de cualquiera que tenga los mismos temores que yo. Es decir, personas que sienten un atractivo especial por las palmeras y que intuyen, por lo que publican los medios, que se encuentran en peligro de extinción.

En mi caso, este invierno, en previsión de una posible infección, no las he podado. Su aspecto no es muy aseado pero es preferible a facilitar el ataque de picudos. No tiene nada que ver la belleza, en este caso, con la protección y la salud de las mismas. Es preferible, creo, tener unas palmeras feotas, con palmas medio caídas y un poco desaliñadas que limpias y erguidas pero expuestas a múltiples peligros.

Hace unos dias he inyectado en el tronco, mediante perforación, dos inyecciones de 250 cm3 con una cucharada de pimienta de cayena a mi palmera infectada. Espero que resulte positivo.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

miércoles, 14 de marzo de 2012

El picudo rojo y la cayena



                                                    El picudo rojo y la cayena
    Poseo 15 bonitas palmeras y hace dos años, por el ataque del picudo rojo, una se secó.
     Fue durante las tareas de talar y quemar los restos de la palmera cuando conocí físicamente al temido picudo rojo. Dentro de mí apareció un sentimiento de alarma  e impotencia porque conocía, por las noticias que anteriormente habían aparecido en la prensa, que no existía ningún modo de eliminar al temido picudo. No obstante fui a documentarme y comprar ‘lo que fuera’ a una tienda especializada en insecticidas y allí, de casualidad, conocí a la persona que tenia nuestra Comunidad  como responsable de las acciones y el seguimiento del comportamiento del picudo.
    Vino a ver las palmeras y diagnosticó, con acierto, todas las que estaban infectadas. Apliqué las recomendaciones que me indicó, mediante la contratación de personas especializadas, consistentes en la inyección de tres frascos de  insecticida en el tronco de cada una de ellas y fumigaciones  periódicas con un insecticida que, también indicó. Con este tratamiento desapareció la infección de todas las palmeras.
    Con la colocación de los frascos de insecticida las palmeras quedaron, puede imaginar, con tres  goteros cada una. Parecían estar en una U.C.I.  Así, con vigilancia permanente, pasaron el invierno sin presentar síntomas de infección. Pero llegó la primavera y descubro que, de vez en cuando, aparecía en vuelo algún individuo. Inicio las fumigaciones cada 15 días y desparecen los picudos pero no veía a ninguno muerto. No lo podía entender hasta que me di cuenta que habían abierto una entrada por una de las cepas que quedan al cortar una palma.
    En este momento no tenía insecticida y decido fumigar con el caldo producido al cocer un puñado de cayenas rebajado con agua.  Pica tanto que, pensé, igual no los mata pero al que ‘enganche’ lo dejo ciego, seguro. A un tarro de cayenas cocidas les ponía cuatro litros de agua. Con este líquido fumigué y llené su entrada, varias veces.  Resultado, en todo el verano capturé, muertos, más de cien picudos que todavía guardo en un recipiente. Casi todos ellos en la misma palmera, la que tenía la entrada y morían en la misma entrada o en cualquier lugar  que se posaran. Quedaban inmóviles, caían y morían en el suelo. Dentro de unos días voy a inyectar este ‘potingue’  en los troncos de todas.
    Ayer  leí un artículo que aparece en una revista que trata sobre las bondades de la capsaicina, principio activo presente en la cayena para tratar distintas patologías de personas. Es realmente impresionante.  
    Es, dice, que la capsaicina contenida en la cayena molida y transformada en pimienta aplicada en crema es un eficaz remedio de urgencia en caso de infarto.
    Tanto la Medicina Ayurvédica como la Medicina Tradicional China aseguran que aumenta  las defensas y ayuda a disolver las flemas, el colesterol y los trombos limpiando las arterias además de hacer un efecto beneficioso sobre el estómago, el bazo y el corazón.   Estos datos han sido ratificados, recientemente, mediante un estudio realizado en la Universidad de Tasmania, Australia. Igualmente se ha constatado que en forma de parche, crema aceite o ungüento aplicado externamente reduce el dolor en patologías como la artrosis reumatoide  y distintos tipos de neuropatías.
    Anoche  preparé  la cena y, entre otros,  un plato de champiñón al ajillo. Hasta ahora siempre lo había preparado con ajos fileteados y una cayena rota, con los dedos, encima de la sartén.  Anoche le puse una pizca de pimienta de cayena en lugar de la cayena seca de siempre. El resultado fue que tenía un fino sabor, muy agradable, y estaba muy bueno. Pero lo verdaderamente interesante fue que, después de la cena, y durante toda la noche, estuve muy relajado y con calor interior muy agradable. Hoy voy a repetir.
    Y así, con este trajín, hasta otro día.







El picudo rojo y yo.


                                                     
Hoy lo he dedicado a vigilar si ha habido ‘avances’ en el desarrollo del picudo rojo en las palmeras de mi jardín. He encontrado que una de ellas se encuentra infectada. No es fácil conocer si hay infección hasta que ésta se encuentra en un estado muy avanzado. En este caso se aprecia ‘humedad’ y negritud la parte baja del tronco.

Como anunciaba en mi anterior blog, hoy le he administrado, mediante perforación en el tronco, 250 centilitros de agua con una solución de pimienta de cayena (una cucharada) disuelta en ella.

La experiencia y el éxito conseguido el verano pasado al fumigarlas con esta misma fórmula me ha llevado a pensar que, a pesar de ser una solución picante para nosotros, para la palmera, al no tener terminaciones nerviosas, no será perjudicial. Además, la cayena es un producto vegetal, no es pimienta, y ecológico.

Frente a la posibilidad de perder la palmera con este tratamiento se encuentra la esperanza de encontrar la solución para la vida de las restantes. No podemos permitir que un estúpido escarabajo, por muy rojo que sea, aniquile unos árboles de los más exóticos y bonitos que existen y que han estado presentes en todos los acontecimientos de este mundo desde el principio de los tiempos.

Las palmeras, los olivos y la higuera, a pesar de la rusticidad de esta última, son, para mí, maravillas del reino vegetal, y como tal les tengo un especial cariño y admiración. Hasta tal punto esto es así que son los únicos que existen en mi jardín.

Y así, con este trajín, hasta otro día.