jueves, 12 de julio de 2012

Los picudos, alarma vecinal





Hola, hoy 12 de julio. He revisado mis palmeras, como cada día, y las he encontrado en estado perfecto. Grandes palmas, de color verde intenso, apuntando al cielo. Qué tranquilidad!

Pero ‘hete aquí’ que levanto la mirada y en el horizonte me topo con las, siempre preciosas, palmeras de mi vecino, a las que admiro. Esta vez una sombra de tristeza se cruzó en mi mente. Una de las palmeras  ha cambiado de color antes verde intenso ahora amarillento, pajizo, color paja.

Mi vecino dista de mi domicilio 100 m. y sus palmeras menos de 50 m. He ido  a visitarlo pero se encontraba ausente.

Mi preocupación, en este momento, es que si no se protege ahora esta palmera y hacemos que mueran todos los picudos que la están matando,  en un futuro cercano los picudos que, seguro, van a terminar con ella, dentro de poco tendrán que cambiar de palmera ante la escasez de materia fresca en la que se encuentran. No conozco en qué momento comenzará el éxodo de picudos, pero puedo imaginar que entre julio y agosto. Hay que tener en cuenta que la palmera tiene que mantener alimentados a todos los picudos, en cualquier fase de su ciclo que se encuentren hasta que sean adultos y puedan volar y caminar. Ah!, y las picudas fecundadas, de esta forma, llegue a la palmera que llegue, se garantiza la prole de la siguiente generación.

Todo este proceso, visto a cámara lenta, lo imagino como una fuga lenta de picudos de esta palmera, en busca de otra, durante un largo tiempo.

Durante todo este tiempo las palmeras de la vecindad, que son muchas, han de estar protegidas. De lo contrario entraremos en un ciclo interminable de nuevas generaciones de picudos, que es lo que ha estado sucediendo hasta ahora, con el resultado que todos conocemos.

Mañana volveré a casa de mi  vecino y le propondré proteger  ésta, y el resto de palmeras, con pimienta de cayena.

Y así, con este trajín, hasta otro  día.