martes, 19 de febrero de 2013

El picudo y el trampeo


El picudo y el trampeo

Hola, hoy es 19 de febrero y voy a dedicar un ratito, poco, a despotricar  sobre lo que leo estos últimos días en relación con tareas que se están realizando para detener el imparable avance del picudo rojo.

Voy a comenzar por el trampeo. El trampeo, en mi opinión, sirve para muy poco, conocer el porcentaje de picudos que existen, por zona, en un momento determinado y comparar si mejoramos o empeoramos con relación a otra medición anterior. Esto, visto a la ligera, puede parecer interesante, porque los que ‘caen’ en la trampa mueren. Pero el número de picudos que ‘pasan’ olímpicamente de la trampa y se posan en las palmeras, es infinitamente mayor.

En vez  de esta actividad, la de instalar trampas, les sugiero que fumiguen con pimienta de cayena. Si lo hacen al día siguiente van a poder recoger los picudos del suelo, los van a contar físicamente, nada de porcentajes. Al día siguiente, y todos los días, podrán hacer lo mismo y podrán llevar una contabilidad exacta de sus visitantes mientras sus palmeras ni se enteran de la existencia del picudo. Cuando un picudo se posa en una palmera que ha sido protegida con pimienta de cayena sólo tiene tiempo para morir. No pone huevos ni la perfora porque a los pocos segundos de hacerlo cae al suelo y allí muere. Si después de fumigar con pimienta de cayena no encuentra picudos en el suelo, tranquilos, sus palmeras no tienen picudos rondándolas. Por favor, compruébelo, salvemos a las palmeras!

Mi experiencia personal es la siguiente: Instalé una trampa con feromonas  a dos metros de la palmera más cercana y en un verano entraron unos pocos picudos, 10 o 12. Fumigué con pimienta de cayena  esa misma palmera y ese verano recogí del suelo más de 100 picudos. El 90% de picudos pasaron olímpicamente, como decía, de la trampa y se interesaron más por la palmera que, para ser exactos, los picudos habían conseguido hacer una entrada. A esta palmera y al total de ellas, le inyecté pimienta de cayena en el tronco. Las palmeras, después de dos años, con tratamientos periódicos, siguen sanas. Por favor, compruébelo, salvemos a las palmeras!!

Esta misma palmera, elegida como ‘conejito de indias’, la podé el pasado año, en pleno verano. Quería conocer  si podando fuera de época, o época poco recomendable por la mayor movilidad del picudo, si fumigaba con pimienta de cayena aparecerían picudos. Los picudos no aparecieron. Este año, al final del verano podé nueve palmeras mas, las protegí con pimienta de cayena y los picudos tampoco aparecieron.

Mis palmeras estuvieron tres años sin podar por miedo al ataque del picudo y, como yo, actualmente, existe una mayoría de gente que no poda a sus palmeras. Por favor, compruébelo, salvemos a las palmeras!! 

En otro orden de cosas, me asombra que nos este comiendo la moral el picudo. Estos días he leído que en Murcia, en su Universidad, cientos de palmeras han sido destruidas por el ataque del picudo y lo mismo ha ocurrido en Elche y en otras muchas ciudades. Me pregunto... cuando hay una epidemia, de lo que sea, en humanos o animales, lo inmediato es vacunar a la totalidad, o casi, de la población.  Porqué no hacemos lo mismo con las palmeras, porqué no protegemos a la totalidad sin  pensar si ‘ésta estará infectada o no’. Ahora, en invierno, cuando los picudos se encuentran concentrados en el tronco de las palmeras, es un buen momento para inyectarles lo mejor que conozcamos, pero a  todas las palmeras, tengan, o no, picudos.

Breve comentario sobre la poca, o ninguna, información que recibimos los particulares, propietarios de palmeras, de los Ayuntamientos.

Y así, con este trajín, hasta otro día.