sábado, 31 de marzo de 2012

El picudo, y su espera.





Hoy he leído la siguiente noticia:

"La Universidad Miguel Hernández y el Ayuntamiento de Elche impulsarán la creación de una cátedra de investigación sobre la palmera, en la que, entre otras líneas, está previsto que se incluya la relativa a plagas y, especialmente, a la del picudo rojo, según anunció ayer el concejal de Vía Pública, Manuel Rodríguez, tras la reunión mantenida con los representantes de la institución docente. El encuentro se producía precisamente el día en el que los siete empleados de la Estación Phoenix recogían sus pertenencias del Hort del Gat, ante el que era su último día como trabajadores municipales (la carta de despido que recibieron hace unas semanas les avisaba de que su contrato se extingue hoy sábado)……."

Por mi anterior post conocéis que soy partidario de mantener activa la Estación Phoenix por muchas razones. Tienen a punto de terminar un producto que eliminaría el picudo definitivamente, el conseguido hasta ahora, que no es poco, los deja fuera de juego un año. Es un centro con todo lo necesario, hardware (equipamiento), software (equipo humano), plan de trabajo, es una fabrica que desarrolla ideas, consiguen objetivos, etc.

También es verdad que el Ayuntamiento, su gente, tiene ideas y las desarrolla hasta donde puede. Claro que es un lujo crear, y tener, una cátedra de investigación sobre la palmera y su asociado picudo en la UMH. Se podía haber creado antes y sin ‘desmantelar’ la Est.Phoenix. Ahora, hasta que se pongan de acuerdo, con que línea de investigación se inician, o tiene preferencia, pasará tiempo y hasta obtener resultados, mucho tiempo.

En la distancia, la mía, aparecen infinidad de interrogantes..., porqué no se pone a la entrada de la Estación Phoenix un enorme cartel que diga UMH y que siga, como ahora, en funcionamiento, dependiendo de la Universidad y con sus protocolos?

Mientras se encuentra la solución definitiva para la erradicación del picudo que, estoy seguro, se encontrará, tenemos que seguir con los procedimientos emprendidos recientemente. Los últimos, si seguimos con ellos, es que son los mejores.

Particularmente, a mis palmeras, las voy a envenenar antes de que el picudo despierte de su dulce y largo letargo invernal. Quiero que lo primero que encuentren, al final de su vuelo inaugural, sean mis palmeras, envenenadas para él, que no para la palmera ni para nadie.

Después de leer lo que se publica en internet, pensar y mucha fé, he decidido envenenar las palmeras sometiéndolas a una inmersión de pimienta de cayena antes de que el picudo se movilice.

Voy a bañar, más que fumigar, todos los recovecos de las palmeras y la tierra de alrededor, con emulsión de agua osmotizada y pimienta de cayena. Con este tratamiento, mientras sea efectivo, dato que aun no conozco, picudo que se pose sobre ellas es picudo muerto en el acto, sin depositar sus huevos, sin infectar la palmera.
Voy a inyectar dos frascos de 250 cm3 de agua osmotizada con pimienta de cayena a cada una de las palmeras.

A partir de esta situación, con las palmeras protegidas, según mi creencia, vigilancia permanente.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario