martes, 30 de diciembre de 2014

El picudo, las palmeras y el otoño

En primer plano mis palmeras y a la derecha, al fondo, las de mi vecino. La de la izquierda ha sido destruida por el picudo

 
El picudo, las palmeras y el otoño.

Hola, hoy es 8 de noviembre. Y hoy voy a contar cosas imaginando que Vd. se encuentra frente a mí.
En unos días voy a fumigar las palmeras con pimienta de cayena. No, no es que el picudo haya aparecido, que ya me gustaría. En esta época, con días cada vez más fríos, el picudo no los considera de interés, ni apropiados, para buscar nueva residencia, por eso sus vuelos, además de torpones e inseguros, son escasos y la fumigación, en esta época, no es muy efectiva pensada para combatirlo.

Con la fumigación que voy a realizar ahora trato de protegerlas contra insectos, ácaros, hongos, bacterias, etc., La pimienta de cayena es especialmente especial para ello. Su eficacia es total.
Quiero aclarar que donde digo fumigación, en realidad, quiero decir ducha. Mi ‘equipo’ de fumigar está compuesto de un depósito, de poliéster, de 500 litros, un motor eléctrico, sumergible, de 500 W, una manguera de longitud apropiada para alcanzar todas las palmeras y como pulverizador utilizo un aspersor de riego del césped. Este equipo es suficiente para llegar a todas las palmas, incluidas las que miran al cielo, ‘empapar’ el ojo y todo el tronco y todo en un ‘periquete’. (Modernamente ‘periquete’ ha sido sustituido por ‘plis-plas’.)

De todas formas no hay que descuidar la vigilancia para que el picudo no nos sorprenda. Seguiremos con la tarea de ‘escuchar’ a las palmeras mediante el fonendoscopio u ‘oreja gigante’. Nuestro éxito, y el fracaso del picudo, es descubrirlo tempranamente. Dispondremos de mucho tiempo para combatirlo.

Cuando escribo estos sencillos post siempre lo hago pensando en personas  sencillas, particulares, que tienen la suerte de ser propietarios de unas pocas palmeras y la desgracia de no saber cómo combatir al picudo que está terminando con ellas. Por otra parte, nunca pienso   en estamentos oficiales, ellos sólo utilizan productos sintéticos nacidos en un laboratorio. Y no importa lo que ocurra, incluso, si no se muere el picudo y si las palmeras.

La prensa diaria, en toda España, da cuenta de los estragos que causa el picudo y también de las ‘peloteras’ que se organizan en los Ayuntamientos entre los partidos en el poder, que seguro, no han visto un picudo en su vida y los partidos de la oposición que tampoco saben si el picudo tiene pico. Si no es así no lo entiendo. Lo lamentable es que mientras se encuentran enzarzados en estas estúpidas peloteras el picudo, sin pausa ni descanso, sigue prosperando y matando palmeras. Una verdadera pena.
Ayer leí un artículo publicado en la prensa de Mallorca y me afectó tanto que estuve pensando en ir a colaborar defendiendo las palmeras. Repito, una verdadera pena.

Ignoro cómo y con que producto tratan a las palmeras pero lo que no se puede hacer es lo que imagino. Si tratamos a una palmera y la dejamos a su suerte sin más control que el de esperar a ver ‘qué ocurre’ confiando en la eficacia del producto estamos haciendo un favor al picudo. A las palmeras tratadas hay que seguir ‘escuchándolas’ hasta que queden en ‘silencio’ durante muchos días. Si una palmera se encuentra en silencio es porque, seguro, nadie, ni nada, la está destruyendo. Escuchémosla, por favor.
Como ya he comentado en alguna ocasión si nos quedamos sin palmeras no va a ocurrir nada, simplemente, nos quedamos sin palmeras.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

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