domingo, 14 de abril de 2013

El picudo y la primavera


El picudo en primavera

 Hola, hoy es  domingo 14 de abril. El miércoles, 3 de abril, después de muchos días de tormentas, lluvias y vientos, conseguí   duchar, más que fumigar, a mis palmeras. Después escribí  el post que publico ahora.

Hoy, ya en primavera, aunque solo sea para el almanaque, ha amanecido frio, 8 grados a las  9 horas, pero apacible y sereno. He decidido, después de esperar muchos días,  fumigar  mis palmeras. En principio no era la fecha prevista para hacerlo, es un  poco pronto. La inmediata  aparición de la nueva cosecha de dátiles,  que ya se vislumbra, ha precipitado  la fumigación.

En este tiempo, si pones un poco de atención, la Naturaleza te sobrepasa.  Hoy, el almuerzo, lo he realizado en la terraza.  He sido premiado con el canto de un mirlo situado a escasos cinco metros. Ha sido un espectáculo. El  mirlo, conquistador él, para conseguir, supongo, a la más bella de las mirlas, ha hecho un alarde  de facultades liricas que me ha impresionado. Que privilegio y, también, que responsabilidad, vivir, y sentirte integrado, en la naturaleza.

A lo que iba.

Leo en los medios, que en Elche ya se encuentran experimentando con el nuevo desarrollo de un hongo que, suponemos y aplaudimos, va a terminar, definitivamente, con el picudo rojo de las palmeras. Ahora sí que, ‘de verdad’, vamos a terminar con él. Desde mi humilde posición aplaudo estos desarrollos que entiendo, son, ni más ni menos, que el resultado de la sumatoria de deferentes  disciplinas tecnológicas en un marco creado entre la UMH y el Ayuntamiento de Elche.

A pesar de ello, como soy pragmático, mientras espero el resultado, he decidido seguir con mi seguro procedimiento, la pimienta de cayena. 

Mi experiencia, dos años de moderador entre las ‘pataletas’ del picudo y mis palmeras, me han facilitado el entendimiento entre los dos. De acuerdo con ello, creo que las palmeras que han ‘padecido’  la presencia del picudo, que lo han tenido alojado en su seno, una vez tratada y muerto, queda  inmunizada de ‘por vida’. Ningún picudo las volverá a habitar. Es muy fuerte, lo sé, pero  lo creo, después de  observar  el  comportamiento del picudo en palmeras que fueron atacadas.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

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